lunes, 10 de marzo de 2014

Poema 8 de marzo

8 de marzo

Me tiembla marzo en la punta de los dedos,
llega el mes de las mujeres.
Desearía que ya fuese
un mes de recuerdos de cosas del pasado
historias de abuelas que contamos
al llegar la primavera a nuestras nietas.
Pero no, marzo aún es presente.
Sigue siendo necesario
un 8 de marzo,
que quisiéramos de regocijo por lo logrado
de fiesta, de placer, de alegría,
pero que se impone, aún, aún,
reivindicativo,
y tenemos que clamar nuevamente,
con Gioconda,
por las mujeres violadas,
por tantos Juárez descubiertos y escondidos,
por las niñas de clítoris mutilados,
por las mujeres escondidas en las jaulas de oro de sus casas,
por las muchachas de cuerpos de ébano
vendidas como perros en los polígonos,
por las que esconden tras los mantos
impuestos por la religión y la cultura
y las que se exhiben despersonalizadas
transformadas en muñecas en la pantalla.
Por las muertas,
por las semi-vivas,
por las superwomen de prolongadas jornadas,
por las luchadoras, a veces ya cansadas,
por las que ni siquiera saben que aún hay que luchar,
por las enfermas del malestar sin nombre
consumidoras de fármacos sin esperanza.
Por las viejas,
por las adultas,
por las jóvenes,
por las niñas.
Por las de todos los continentes,
todas las religiones,
todas las lenguas,
seguiremos saliendo a las calles
este 8 de marzo,
con rabia, con energía, con coraje, con utopía

preñadas de presente y de esperanza.

Pilar Iglesias Aparicio

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