Todas o casi todas las mujeres que a éste espacio llegamos, tenemos claro que estamos bajo el mismo paraguas, que defendemos el paradigma feminista. Cada día tomamos decisiones que inciden en la transformación social. Como feministas, cada acto cotidiano lleva impregnado esa energía que nos mueve para transformar la sociedad.
Para revolucionar éste mundo en el que vivimos
regido por el orden patriarcal y androcéntrico y para que sea más amigo con las
mujeres, más hogareño, acogedor, sostenible.
Cada una tiene una forma peculiar, pues cada mujer que aquí estamos es diversa. Y esto es lo que quisimos resaltar en la mesa de experiencias intergeneracionales para la incidencia política, que propusimos en la jornada de herramientas feministas internacionales para la vida cotidiana de las mujeres, celebrada el pasado 6 de junio.
Por eso planteamos una mesa de experiencias
intergeneracional para visibilizar la importancia de las alianzas entre
generaciones. Existen multitud de diversidades en función de nuestro lugar de
origen, orientación sexual, diversidad funcional, raza, clase, y también
generación.
Reconocernos en las diferencias, enriquecernos
a través de su valoración y tener en cuenta nuestra similitud al defender y
creer en un mismo paradigma es básico para seguir avanzando. Nuestras
diferencias son de formas y contenidos pero no de base.
La mesa de experiencias disfrutamos
estaba formada por Emilia Capilla Baena, Loola Pérez Ruiz y Salomé de Benito
Ponce fue de lo más divertida y enriquecedora.
Gracias a sus reflexiones pudimos ver una
pequeña representación de esto que estamos comentando:
Fruto de sus exposiciones pudimos
ver las diferencias entre jóvenes según generación: los espacios y las formas
de reivindicación son diferentes. Los recursos económicos de antes no son los
que hay ahora, el espejismo de la igualdad que afecta a muchas jóvenes actuales
y las ciega en el inmovilismo.
Las diferencias generacionales se
notan también en la estabilidad de los proyectos vitales: las más jóvenes van y
vienen, lidian para poder combinar empleo digno con participación política… y
las más mayores ya han hecho un recorrido que les permite cierta estabilidad…
Sin embargo, lo que las tres
tenían en común es que su activismo feminista surge de su necesidad personal: Su
inconformismo con las situaciones vividas les lleva a la rebeldía y querer
formarse. No sienten una rebeldía sin
dirección, sino con orientada, con criterio.
Corroboran que llegar al
feminismo les hizo encontrase y estar a gusto, sentir que son alguien, que
existen, que la red las acoge.
Aunque critican que el poder/el patriarcado les ponga
trabas y a veces las propias compañeras más mayores que no siempre reconocen a
las jóvenes con sus valores e idiosincrasias.
Coinciden en la necesidad de
trascender de lo personal a social. En la exigencia de extender su incidencia
política para la transformación social.
2 comentarios:
Tal como aquí se relata así ha sido mi vivencia de estas jornadas. Asistir a ellas y hablar personalmente con mujeres a las que conocía de manera virtual ha sido enriquecedor, como también lo ha sido conocer a mujeres de otras comunidades autónomas que han aportado su experiencia desde la asociación a la que han representado.
En definitiva, estas jornadas han supuesto para mí "bocados de realidad" que me han nutrido y me han energizado.
¿Para cuándo la próxima?
Querida Juana, en breve nos podemos volver a encontrar en las jornadas que se están organizando a través de la Plataforma violencia Cero, de la cual nosotras también formamos parte, y el a finales de junio disfrutaremos de otra ocasión en las jornadas que a través de la Federación Feminista Gloria Arenas estamos organizando.
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